El diamante, rey de las piedras preciosas

diamante, una piedra preciosa

El diamante, una piedra preciosa extremadamente valiosa.  Pero este mineral excepcional es mucho más que un signo exterior de riqueza y es interesante saber un poco más sobre él…

El diamante, una piedra preciosa aparte…

Interesarse por el diamante, es como acercarse a los Dioses. De hecho, se dice que en la mitología griega, las armas y los Instrumentos de los Dioses del monte Olimpo estaban forjados con el Diamante.

Porque esta piedra preciosa es una de las más duras y más poderosas que se puede encontrar en la Tierra. Además, también es conocida por ser indomable y también se dice que cada una escoge a su propietario.

El diamante es la piedra mágica por excelencia. Basta con mirarlo para entender: cuando está tallado en 52 lados, brilla como fuego y descompone la luz, haciendo aparecer los colores del arcoíris.

El diamante, una Piedra preciosa que atraviesa el mundo y las épocas

Además del hecho de que sea una piedra mágica, el diamante posee virtudes indiscutibles. Desde la noche de los tiempos, desde Egipto hasta India, pasando por la Grecia Antigua, el diamante se utilizó a menudo por sus virtudes purificadoras.

¿Cuál es su significado?

  • En India, se decía que alejaba cualquiera forma de maldad.
  • En Grecia, se decía que aportaba fuerza y suerte. Que alejaba los conflictos entre los esposos y que incluso reforzaba su amor.
  • En Egipto, se llamaba la “lágrima de Dios” porque representaba el sol, la valía y la verdad.

Todas las historias alrededor del diamante hacen de esta piedra preciosa un talismán de protección único y poderoso.

Durante la Edad Media, los magos lo aplicaban sobre ciertas partes del cuerpo para aliviar algunos males, incluso para curarlos. Se decía que expulsaba los malos espíritus fuera de los cuerpos, que permitía curar las alucinaciones y que apaciguaba las angustias.

El diamante, una piedra mágica

Como es indestructible, a veces se ofrece como regalo de noviazgo entre dos jóvenes enamorados. Tradicionalmente, la mujer lo llevará en el cuarto dedo de su mano izquierda.

¿Por qué? Porque antes, se creía que una vena partía de este dedo y llegaba directamente al corazón. Entonces, si se ponía el diamante, símbolo de pureza y de fuerza a este dedo, el amor estaba sellado para siempre en los corazones de los jóvenes amantes.

Y en algunos mitos modernos, incluso se dice que las puntas de las flechas del ángel Cupido estaban hechas de diamantes.

Mi pequeño consejo: si un día tiene la oportunidad de poseer esta piedra preciosa, entonces, mírela bien. Tómese el tiempo de admirarla y tómela entre sus manos. Le vendrá de perlas. Le aportará fuerza, alejará el mal de usted y reforzará el amor en su vida.

 

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